Hoy nos corresponde celebrar. Celebrar haberlos conocido y
acompañarlos este tiempo de sus vidas.
Celebrar que eligieron ser parte de Portas y confiaron en
los espacios que se les ofrecían. Participaron con el corazón, activamente
desde sus estilos, se involucraron en el proceso. Se plantearon críticamente
ante su vida, lo que ésta les proponía, ante sí mismos y con los otros. Miraron
y se miraron, escucharon y compartieron. Rieron y lloraron. Se emocionaron en
lo profundo.
Celebrar que en el trayecto nos dejaron ser cómplices de sus
sueños y que en esa complicidad fuimos viendo cómo buscaban e iban encontrando
el sentido para sus vidas presentes y futuras, cómo iban eligiendo la vida que
querían para ustedes. El camino no fue siempre fácil y más de uno pensó en
abandonarlo, pero sus sueños les ganaron a las dificultades. Fueron
construyéndolos con convicción, esfuerzo y amor.
Celebrar que construyeron comunidad. Con sus compañeros que
se fueron haciendo amigos, con el equipo que los acompañábamos y con toda la
comunidad Portas.
Y celebrar, especialmente, que han alcanzado uno de los
grandes sueños que tenían cuando entraron a Portas: Titularse de la Educación
Superior.
Como ya les hemos dicho, su titulación nos genera una cierta
ambivalencia: la pena profunda de que se vayan y que ya no nos veremos tan
continuamente, junto a la tremenda alegría de que alcancen sus sueños y vayan a
nuevos mundos. Esperamos que en esos mundos nuevos sean promotores de
transformación y que construyan realidades acordes a sus valores y proyectos.
Por lo mismo, esta celebración no es de ninguna manera una
despedida, más bien es una invitación a elegir nuevas maneras de encontrarnos.
Ustedes han sido y seguirán siendo parte de la Comunidad Portas… pueden volver
a ella cuántas veces quieran o lo necesiten.
Nos haría muy felices que participaran de las actividades de
toda la comunidad, como la celebración de fiestas patrias, de navidad y las
titulaciones de los que vienen; o de alguna de nuestras instancias voluntarias,
en los talleres, haciendo tutorías, mentorías o quién sabe siendo socios.
Agradezco -y me permito hablar en nombre de todo el equipo-
el haberlos conocido, el haber aprendido junto a ustedes y de ustedes, el
haberlos visto llegar como niños e irse como personas grandes con grandes
vidas. Agradezco las conversas, las risas, las lágrimas, las preguntas, los
bailes, los viajes.
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