lunes, 15 de diciembre de 2014

Carta a los jóvenes titulados

Hoy nos corresponde celebrar. Celebrar haberlos conocido y acompañarlos este tiempo de sus vidas.

Celebrar que eligieron ser parte de Portas y confiaron en los espacios que se les ofrecían. Participaron con el corazón, activamente desde sus estilos, se involucraron en el proceso. Se plantearon críticamente ante su vida, lo que ésta les proponía, ante sí mismos y con los otros. Miraron y se miraron, escucharon y compartieron. Rieron y lloraron. Se emocionaron en lo profundo.

Celebrar que en el trayecto nos dejaron ser cómplices de sus sueños y que en esa complicidad fuimos viendo cómo buscaban e iban encontrando el sentido para sus vidas presentes y futuras, cómo iban eligiendo la vida que querían para ustedes. El camino no fue siempre fácil y más de uno pensó en abandonarlo, pero sus sueños les ganaron a las dificultades. Fueron construyéndolos con convicción, esfuerzo y amor.

Celebrar que construyeron comunidad. Con sus compañeros que se fueron haciendo amigos, con el equipo que los acompañábamos y con toda la comunidad Portas.

Y celebrar, especialmente, que han alcanzado uno de los grandes sueños que tenían cuando entraron a Portas: Titularse de la Educación Superior.

Como ya les hemos dicho, su titulación nos genera una cierta ambivalencia: la pena profunda de que se vayan y que ya no nos veremos tan continuamente, junto a la tremenda alegría de que alcancen sus sueños y vayan a nuevos mundos. Esperamos que en esos mundos nuevos sean promotores de transformación y que construyan realidades acordes a sus valores y proyectos.

Por lo mismo, esta celebración no es de ninguna manera una despedida, más bien es una invitación a elegir nuevas maneras de encontrarnos. Ustedes han sido y seguirán siendo parte de la Comunidad Portas… pueden volver a ella cuántas veces quieran o lo necesiten.

Nos haría muy felices que participaran de las actividades de toda la comunidad, como la celebración de fiestas patrias, de navidad y las titulaciones de los que vienen; o de alguna de nuestras instancias voluntarias, en los talleres, haciendo tutorías, mentorías o quién sabe siendo socios.

Agradezco -y me permito hablar en nombre de todo el equipo- el haberlos conocido, el haber aprendido junto a ustedes y de ustedes, el haberlos visto llegar como niños e irse como personas grandes con grandes vidas. Agradezco las conversas, las risas, las lágrimas, las preguntas, los bailes, los viajes.


¡Los extrañaremos!


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